El tangram es un juego muy antiguo, su origen se remonta a la dinastía Tang china. Consiste en formar siluetas de figuras con siete piezas de distintos tamaños: 5 triángulos, un cuadrado y un romboide.
Este juego desarrolla el pensamiento espacial y los niños se van familiarizando con las formas, la simetría y las rotaciones en el espacio.
En terapia visual utilizamos este juego para mejorar algunas habilidades del análisis visual, las que más se benefician son la constancia de forma y el cierre visual.
La constancia de forma consiste en ser capaz de reconocer una forma cuando un objeto o imagen se presenta con tamaño u orientación diferente. Algunas posibles dificultades asociadas con una constancia de forma no desarrollada correctamente son no entender adecuadamente los conceptos, por lo que si se cambia el formato de una pregunta ya no se entiende por qué nos están preguntando, o también sobrecargar la memoria, es el caso del típico estudiante que pasa muchas horas estudiando pero saca malas notas porque se aprende las cosas de memoria sin entenderlas.
El cierre visual consiste en reconocer una imagen ó un objeto sin tener presentes todos los detalles, sólo algunas cosas clave. Cuando existen dificultades en esta área puede ocurrir que tengamos dificultad para captar la idea principal en un relato, ó que nos cueste hacer resúmenes.
Jugando con el tangram a formar las imágenes que se nos presentan estaremos potenciando el pensamiento analítico.
Noelia Díaz Alonso
Óptico-optometrista
Terapeuta visual
La constancia de forma es la capacidad para reconocer una forma dada ó un objeto cuando se nos presenta con diferente orientación ó con diferente tamaño.
Tiene mucha importancia en el aprendizaje y a menudo los niños que presentan dificultades en esta habilidad las tienen también a la hora de generalizar y clasificar, ya que está muy relacionada con el concepto de lo abstracto. Por ejemplo, cuando tenemos que representar en tres dimensiones un dibujo del que sólo nos dan el patrón en dos dimensiones estaremos aplicando la constancia de forma. También, cuando hacemos cambio lejos-cerca lleva consigo una diferencia de tamaño que implica un mantenimiento de la forma.
En terapia visual trabajamos esta habilidad con diferentes procedimientos: geoboard, cubos, figuras geométricas, etc.
En el colegio ó en casa podemos trabajarla con juegos donde haya que copiar un patrón ó que haya piezas que se puedan colocar de diferentes maneras a partir de un patrón. Un buen ejemplo es el tangram, un antiguo juego chino que consiste en formar siluetas de figuras con siete piezas geométricas dadas sin que se solapen.
Tanto en el entorno escolar como en el hogar, es posible mejorar esta capacidad a través de juegos que impliquen copiar un patrón o colocar piezas de diversas maneras según un patrón preestablecido. Un ejemplo destacado es el tangram, un antiguo juego chino que desafía a formar siluetas de figuras mediante siete piezas geométricas dadas, sin permitir solapamientos.
Para obtener más información sobre cómo mejorar la constancia de forma y otras habilidades visuales esenciales, le invitamos a consultar nuestros servicios de optometría.
En Centro de Optometría Comportamental Ribadeo, estamos comprometidos a proporcionar recursos y terapias visuales efectivas para el desarrollo óptimo de la visión en todas las edades.
Noelia Díaz Alonso
Optometrista comportamental
Nº C. 12932
Las relaciones visuoespaciales consisten en la habilidad que tiene una persona en percibir la posición de los objetos en relación con uno mismo y de varios objetos entre sí.
Los niños que tienen dificultades en esta capacidad a menudo presentan:
Podemos trabajar esta habilidad desde casa ó el colegio con juegos tipo construcciones, etc. Siempre que se coloquen piezas ó bloques siguiendo un patrón ó unas pistas estamos realizando un trabajo de relación visuoespacial.
En terapia visual usamos mucho el geoboards y el parquetry porque son muy versátiles y permiten muchas variaciones.
Noelia Díaz Alonso
Optometrista y terapeuta visual
Nº col. 12932
La discriminación visual es una de las partes del exámen más amplio llamado análisis visual. Es llevado a cabo por los optometristas. Consiste en ser capaz de diferenciar y ser consciente de los rasgos distintivos de los objetos.
Cuando esta capacidad está por debajo de los valores esperados, los niños con frecuencia pueden presentar lo siguiente:
Confundir letras parecidas, palabras similares ó números similares.
Tener problemas para encontrar diferencias ó semejanzas.
Cometer faltas de ortografía “tontas”, y si va rápido le sale peor.
La velocidad y comprensión lectora suelen estar reducidas.
En terapia visual trabajamos esta habilidad con diferentes procedimientos: copia de patrones con parquetry, con geoboards, etc., presentándole al niño distintas formas geométricas que debe reproducir con total exactitud. A medida que avanza de nivel de dificultad irá mejorando su discriminación visual.
Además, existen actividades con las que podemos mejorar esta habilidad en casa, por ejemplo el típico “Encuentra las diferencias” entre dos imágenes casi idénticas:
También están los juegos comerciales en los que se presentan varios dibujos prácticamente iguales con diferencias muy sutiles que hay que detectar para conseguir ganar. Así, jugando con nuestros hijos estaremos ayudando a desarrollar su percepción visual.
Noelia Díaz Alonso
Optometrista y terapeuta visual
Nº Col. 12932
Como padres, educadores ó terapeutas, cuando tenemos ante nosotros a un niño sano que no presenta enfermedad neurológica ni visual pero que sí muestra problemas académicos que podemos relacionar con lo visual, como confundir letras, palabras similares ó números, velocidad ó comprensión lectora reducida, problemas a la hora de deletrear, inversiones en la escritura, mal alineamiento de los números en las columnas de decena, centena y unidad…y un larguísimo etcétera, lo más aconsejable desde nuestra perspectiva como optometristas es realizarle al niño un examen visual completo que incluya la parte de eficacia visual y la parte de procesamiento de la información visual. Como estas pruebas resultan poco conocidas a la mayoría de la población, vamos a intentar desde aquí comentar en qué consisten.
La eficacia visual comprende varios puntos:
- Toma de agudezas visuales y compensación de errores refractivos para normalizar la agudeza visual, y que obedece unicamente a ser capaz de ver detalles más pequeños y con más claridad. Se realiza tanto en consultas oftalmológicas y como optométricas (ópticas).
- Medición de las capacidades visuales de enfoque, coordinación binocular y motricidad ocular, que se suelen realizar cuando la persona presenta incomodidad, dolor ó molestias. Se realiza en consultas optométricas.
El procesamiento de la información visual comprende varios ítems:
- La visuoespacialidad (integración bilateral, lateralidad y direccionalidad)
- El análisis visual
- La integración visuomotora y visuoauditiva
Todas estas partes son valorados con diversos test por el optometrista, que luego evalúa los resultados y comprueba en qué percentil está ese niño en cada una de ellas.
Nos parece destacable la importancia del análisis visual, gracias a él comprendemos toda la información visual que nos llega. Los niños comienzan manejando objetos como caras ó juguetes y poco a poco van avanzando hacia el reconocimiento abstracto de símbolos ó caracteres.
Las capacidades de análisis visual adecuadas permiten al niño ( ó adulto) entender letras, símbolos ó números, que son representaciones gráficas de sonidos determinados ó cantidades, por eso son básicas para el desarrollo de la lectoescritura y las matemáticas, por ejemplo.
A continuación enumeramos las distintas partes del análisis visual, las cuales se exploran por separado obteniéndose unos percentiles:
En posteriores entradas iremos comentando más a fondo cada una de ellas, desde los problemas que presentan los niños a la forma en que podemos mejorarla desde casa, el colegio ó con terapia visual.
Noelia Díaz Alonso
Nº Col. 12.932
Terapeuta visual
Los padres normalmente son los primeros en reconocer que su hijo tiene un problema. A menudo no saben lo que ocurre, pero simplemente sienten que algo pasa. A menos que los síntomas sean fuertes las dificultades se ignoran y se les dice que “ya crecerá y perderá ese hábito”.
Ciertamente, muchos niños acaban perdiendo problemas que tenían de pequeños, pero también existe un grupo de niños que aunque aparentemente no tienen dificultades, son inmaduros en otros aspectos de su desarrollo. Si esto persiste, podrán experimentar un abanico de dificultades en el aprendizaje y de comportamiento a distintos niveles de su vida. Con todo esto me estoy refiriendo a los reflejos primarios, que deben desaparecer en la niñez temprana dando paso a los posturales, que son de por vida. Si siguen presentes no dejan al córtex funcionar eficientemente, sería algo parecido a lo que ocurre cuando escuchamos una emisora de radio mal sintonizada: el sonido es confuso, pues bien, los reflejos primarios hacen algo así a nuestros hemisferios cerebrales.
Algunos signos de reflejos primitivos serían los siguientes:
• Dificultad para juegos de pelota
• Muy sensible al tacto, al sonido, a la luz ó a los olores
• No coger el lápiz con el índice y el pulgar
Mala pronunciación
• Movimientos de la boca a la vez que pinta ó escribe
• No poder manipular un objeto con ambas manos
• Andar con el brazo y la pierna del mismo lado, como un “robot”
• Girar la hoja 90º para escribir
• Mala destreza con las manos
• No poder estar “quieto” en la silla por mucho rato ó padecer enuresis nocturna
• Mala concentración
• Andar encorvado
• No mantener bien el equilibrio ó no poner los brazos hacia delante al caer
• Andar de puntillas
• Marearse con frecuencia en los coches
• Problemas para leer (o rechazo de la lectura)
• Dificultades para enfocar objetos lejanos y cercanos, por ejemplo pasar de la pizarra a la libreta y viceversa
• Dejarse caer sobre la mesa para escribir
Malos seguimientos oculares
• Poca atención por incomodidad al estar sentados
Si nuestros hijos ó alumnos presentan alguno de estos signos sería conveniente hacer una revisión de sus reflejos primitivos, para ver en qué grado están presentes y así poder seguir un programa de inhibición de los mismos. Los cambios y las mejoras en el aprendizaje y en la visión serán visibles en poco tiempo.
Noelia Díaz Alonso
Terapeuta Visual
Optometrista
La pandemia del coronavirus ha cambiado nuestros hábitos de forma espectacular. A todos en mayor ó menor medida nos ha cambiado la forma de vivir y de relacionarnos con los demás. Nos hemos visto avocados casi de un día para otro a mantener la distancia social, a usar la mascarilla a diario, a lavarnos las manos de forma muy frecuente, etc.
El trabajo, la enseñanza, el ocio, ó simplemente ver a nuestros familiares también han cambiado mucho. Antes ya usábamos videollamadas, videoconferencias, la formación on-line, hacíamos compras por internet, teníamos los juegos virtuales,… todo esto ya existía, pero gran cantidad de personas que antes apenas usaban estos medios ahora los utilizan a diario por su cómodidad y eficiencia, pero sobre todo para evitar los contagios. Y qué decir del teletrabajo, cuando las personas que lo realizan ya eran usuarios habituales del ordenador durante muchas horas al día, ahora esta nueva realidad no ha hecho sino aumentar las horas de uso del ordenador.
¡Pero nuestros ojos no está hechos para estar viendo de cerca todo el tiempo! El sistema visual humano está diseñado para que se vea de lejos y, ocasionalmente, de cerca, porque en proximidad es cuando más se activa la musculatura del ojo y se hace un mayor esfuerzo y gasto de energía.
Hemos que adaptarnos al cambio, lo que ocurre es que los cambios evolutivos llevan años. Un sistema visual capaz de aguantar diez ó más horas frente a un ordenador sin molestias, y sin sufrir mala visión de lejos tras ello probablemente sea posible en un futuro lejano, hoy por hoy no lo es. Una mayoría importante de la población, sobre todo los más jóvenes, se está volviendo miopes, así es el caso de muchos adolescentes que tienen que seguir todas ó parte de sus clases online y realizar sus trabajos de esta misma manera cuando además su ocio también pasa por mucho tiempo frente a la pantalla, ó los niños que se pasan horas al día jugando con su consola.
El consejo de los optometristas es aplicar la regla 20/20/20, que consiste en dejar de mirar a la pantalla durante 20 segundos cada 20 minutos y centrar la mirada en cualquier punto que esté a 20 pies (más de 6 metros) de distancia para descansar la vista. Además, si sufrimos molestias como fatiga visual, picor ó dolor de ojos, dolores de cabeza, etc. debemos revisar nuestra vista para saber qué está pasando y ponerle remedio, podemos tener hipermetropía, astigmatismo, miopía, presbicia, exceso acomodativo, insuficiencia de convergencia, etc., y existen distintas soluciones: lentes adecuadas para relajar ese esfuerzo, introducir pequeñas pausas en nuestro trabajo, y en algunos casos puede ser necesario realizar terapia visual para mejorar el funcionamiento de nuestros ojos: que exista una coordinación eficiente entre ellos, buena calidad de enfoque, movimientos precisos a lo largo de los textos para una comprensión lectora mejorada en el caso de muchos niños pequeños que aún no han integrado bien sus seguimientos oculares y los movimientos sacádicos, etc.
Señalar también la importancia de los nuevos materiales y tratamientos que existen en el mercado para minimizar el impacto de la luz azul nociva que desprenden ordenadores y demás dispositivos digitales como el móvil ó las tablets, las nuevas lentes consiguen que no llegue a nuestra retina la luz azul que puede dañar nuestra mácula, la zona más importante de la retina para la visión, que es aquélla con la que fijamos nuestros ojos. Debemos protegernos adecuadamente ante este aumento en el uso de los dispositivos digitales, y para ello nada mejor que el uso de estos nuevos materiales y tratamientos.
Hemos de esperar que esta situación de pandemia remita poco a poco, que la confluencia de la llegada de vacunas eficaces, la implementación de nuevos tests rápidos y fiables, así como la gestión de los gobiernos coordinados, consigan que la COVID 19 vaya dejando paso a una “nueva normalidad”, que nos permita de nuevo los abrazos y el contacto humano al que estábamos acostumbrados. Pero en este tiempo de cambios debemos cuidar nuestra salud en general, y también muy importante, la de nuestros ojos. Nosotros desde nuestra página web os iremos contando algunos problemas frecuentes que vemos y cómo desde la optometría se pueden manejar y que las personas tengan una calidad visual y de vida en consecuencia mejor. Te esperamos en la siguiente entrada de blog, mientras tanto ¡cuídate mucho!
Noelia Díaz Alonso
Óptico-optometrista
Nº Colegiado 12.932
Luis es un niño al que le encanta el fútbol, cuando vino a nuestra consulta por primera vez ya jugaba de portero. Él no notaba ningún problema, su madre le trajo con su hermana para descartar que ninguno de los dos necesitase gafas. En efecto, no las necesitaba, su visión era buena, también su sistema de enfoque, pero sus ojos no tenían una buena motricidad, al seguir la horizontal sus ojitos iban a saltos, y cuando tenía que saltar de un objeto a otro (movimientos sacádicos) tenía mucha imprecisión y se perdía. Se lo explicamos a su madre y ésta accedió a hacer terapia visual para mejorar la motricidad ocular de Luis. Los resultados no se hicieron esperar: Luis mejoró en velocidad lectora y en comprensión, y sus habilidades para el fútbol también, se anticipaba mejor cuando le tiraban el balón y era más rápido, además notaba que tenía un campo visual mayor.
Clara vino porque se cansaba al leer, tras el exámen visual vimos una dificultad en su sistema de enfoque: le costaban mucho los cambios para mirar de lejos a cerca, por ejemplo del encerado a la libreta y un poquito menos al cambiar de la libreta al encerado. También hicimos terapia visual, mejoró su sistema de enfoque y su capacidad de converger y divergir rápidamente. Clara es una gran aficionada al baloncesto, y pudo comprobar cómo mejoró muchísimo en este deporte: en los tiros a canasta y en los pases, gracias a que su percepción del espacio y su localización espacial mejoraron junto con su eficacia visual.
Jessica se cansaba mucho cuando leía porque tenía insuficiencia de convergencia, vino remitida de un centro oftalmológico para trabajar dicha dificultad con terapia visual y a la vez que mejoró su convergencia y su sistema visual se hizo más eficaz, pudo comprobar cómo mejoraba también en su deporte favorito: la gimnasia rítmica. Siempre había tenido dificultad para alcanzar la cinta cuando la tenía que recoger, ahora ya no era un problema, le salía perfectamente, y además notaba mucha más coordinación en su cuerpo, ya que su línea media corporal estaba integrada y los movimientos le salían mejor.
Estos son algunos ejemplos de pacientes nuestros, que es la terapia visual que se realiza habitualmente en los centros optométricos, y atiende a desórdenes en la motricidad ocular, en el sistema de enfoque ó en la visión binocular. Todas estas dificultades que puede presentar una persona se solucionan eficazmente realizando actividades visuales adecuadas, siempre tras un exámen completo que incluya no sólo detectar si necesitamos gafas y cuántas dioptrías, es necesario evaluar la motricidad, la acomodación, a convergencia y la divergencia, así como la percepción visual.
Recientemente, viendo las mejoras visuales que tienen lugar con la terapia visual, en Estados Unidos y en Reino Unido, donde la terapia visual es tan común como ir al fisioterapeuta a tratarse una contractura muscular, y un poco más tarde en nuestro país, surge la terapia visual deportiva. Ésta, a diferencia de la anterior no se aplica sólo a pacientes con desórdenes oculares, sino a deportistas que de entrada no tienen porqué tener ningún problema e incluso pueden tener unas capacidades visuales mejores que la media de la población. El primer paso es analizar qué capacidades son las más importantes para el deporte que practica en cuestión, luego se realiza el exámen visual deportivo en el que se incluyen todas las habilidades visuales mencionadas antes y otras específicas para cada deporte como por ejemplo la agudeza visual dinámica, el tiempo de reacción visual, el de anticipación, la visualización, la coordinación ojo-músculo, etc. y se diseña un programa para mejorar las capacidades que ya tiene el deportista, de esta forma le proporcionamos herramientas para mejorar la primera fase de la acción deportiva, que es el análisis de la situación ó percepción.
El éxito deportivo es resultado de un conjunto de respuestas por parte del deportista extremadamente correctas, ya sean técnicas ó tácticas. Estas respuestas se basan en el adecuado funcionamiento de tres pilares estrechamente relacionados entre sí y que conforman las fases de la acción deportiva:
1- Análisis de la situación ó percepción, llevado a cabo por el sistema visual.
2- Solución mental del problema ó decisión.
3- Solución motriz del problema ó ejecución.
El primero es el eje perceptual, que incluye el estímulo en sí mismo y los sistemas neurológicos capaces de recibirlo e interpretarlo. La terapia deportiva visual trabaja en el primer peldaño, en el análisis de la situación, de forma que mejorará la respuesta del sistema visual – cerebral – motor para que la decisión pueda ser más rápida y la ejecución más efectiva y de mejor calidad, aunque ello no sustituya sino que complemente el entrenamiento en el campo de juego correspondiente. El segundo es el eje de la decisión, pilar sobre el que se construye la respuesta que se cree más adecuada en base al análisis del estímulo, la comparación con experiencias anteriores y la inevitable participación de componentes como las emociones, los deseos ó la motivación. El tercero es el eje de la ejecución, una vez se ha tomado la decisión ésta se transmite a los sistemas u órganos efectores que van a participar en su ejecución (como son el sistema músculo-esquelético, cardiovascular,…)
Cabe destacar que la terapia visual deportiva está dentro del área de aplicación de la Visión Deportiva, que es un nuevo campo de investigación y de especialización que surge del interés dual de dos colectivos relacionados uno con la visión y otro con el deporte, e incluye a médicos, psicólogos, optometristas, entrenadores y a los propios deportistas. El objetivo fundamental que persigue la Visión Deportiva es mejorar el rendimiento deportivo a través de maximizar el rendimiento visual y minimizar el riesgo en el deporte.
A veces son las propias asociaciones deportivas las que solicitan y promueven estos exámenes visuales de cara a mejorar el rendimiento de sus jugadores y tomar decisiones en cuanto a su valía. Otras veces es el propio deportista el que quiere mejorar su rendimiento visual para poder alcanzar su máximo potencial. Es recomendable realizarlo al iniciarse en una modalidad deportiva, al cambiar de especialidad y también anualmente, al inicio de la temporada.
Noelia Díaz Alonso
Optometrista Comportamental
Nº Col. 12.932
La prevalencia de miopía alcanza cada año tasas mas altas en todo el mundo, llegando a niveles epidémicos en algunas zonas de Asia, donde ya se considera un problema serio de salud publica.
La miopía además de producir una mayor visión borrosa a medida que el ojo es más miope, aumenta riesgo de padecer alteraciones oculares como glaucoma o degeneración macular cuantas mas dioptrías se desarrollan. Además, cuanto menor es la edad de aparición mayor es el tiempo y la velocidad de progresión de la miopía, por lo que es muy importante controlar especialmente las miopías que se manifiestan antes de los 12 años.
A raíz de esto, ha aumentado el interés en el control de la miopía, siendo las lentes de contacto uno de los principales campos de estudio.
Recientemente ha sido publicado el último estudio de 3 años donde se prueba la eficacia de las lentes Misight (lentillas blandas diarias) para el control de la miopía en niños entre los 8 y 12 años. Se trata de una investigación sobre 144 niños en la cual se ha demostrado que el uso de lentes Misight consiguen frenar un 59% la progresión del defecto refractivo miopico (aumento de las dioptrías) y un 52% el crecimiento de la longitud axial (tamaño del ojo).
Este estudio se suma a muchos otros que han demostrado la eficacia también de la otroqueratología y la atropina en el control de la miopía con niveles de eficacia similares.
Las lentes de contacto blandas desechables son actualmente la opción mas recomendable para control de miopía sobre todo en primeros usuarios, ya que el manejo y cuidado de las lentes es muy sencillo, la adaptación es rápida y la seguridad es máxima y que son lentillas de un solo uso.
Debido al creciente número de niños con aparición temprana de miopía y al riesgo que esto puede suponer para su salud visual en el futuro, es deber de los profesionales de la salud visual conocer todas las alternativas de control de miopía para informar correctamente a los pacientes y sus padres e indicar en cada caso la opción mas recomendable.
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